Quienes somos

Comencé a trabajar a los 11 años con mi padre que en ese momento tenía la empresa de pintura que había heredado de mi abuelo. Me preguntó si quería estudiar o trabajar y yo después de un tiempo me incliné por esto último. El inicio de mi actividad fue a su lado; después de algunos años me independicé y recuerdo que los primeros pasos no fueron fáciles. Después de preguntas e intercambio de opiniones con mi padre seguí solo. Hoy tengo gente a mi cargo con la que conformamos un buen equipo de trabajo. Elegí esta profesión y estoy feliz con lo que hago.
Aplicamos todo tipo de pinturas interior y exterior, pátinas, decoraciones imitando papel y distintas texturas y trabajo de altura. La primera vez que realicé un trabajo fue para una señora del barrio Doña María, me encargó pintar su casa en el exterior con cal color rosa fue una experiencia que me marcó en este trabajo ya que preparar el color no era fácil pero tenía una carta: mi viejo.
Fui creciendo y perfeccionándome en materiales y técnicas de acabado fino en interiores. Realicé muchos trabajos de altura, restauración y pintura de edificios. La sensación de libertad que siento mientras estoy colgado de mi silleta es indescriptible. Me gusta lo que hago, es lo que mi viejo me enseñó y lo que hizo toda la familia de años.
Hoy no es fácil ser pintor de verdad, sentimos que hay demasiada competencia en el rubro que no se valora nuestro trabajo en tiempos donde todo es urgente parece imposible combinar seriedad, ganancias razonables y cumplimientos de plazos donde el detalle y la calidad son prioritarios ¿Cómo resolver esto? ¿Cómo lograr satisfacción para nuestros clientes, haciendo la tarea a conciencia, terminando todo a tiempo y cobrando lo que el trabajo vale realmente para sentirnos plenos?
Les propongo una receta de varios puntos que parecen estar de moda a menudo en gente que ama su oficio (sea de pintor u otro):
·        Ante todo disfrutar lo que uno esta haciendo. No tiene sentido trabajar en algo que no te gusta;
Aprender siempre un poco más cada día, nunca suponer que lo sabemos todo;
·        Compartir nuestro conocimiento con los colegas. Todo será más fácil si compartimos y recibimos ideas;
·        Aceptar cambios permanentes de materiales ya que eso facilita nuestra tarea en el futuro;

·        Asumir responsabilidades con convicción y compromiso. Cumplamos con la palabra empeñada, no nos engañemos ni engañemos a otros;
·        Enseñar a los que quieran aprender y tengan estos valores. Compartir nuestra experiencia para que a los otros se les haga el camino más fácil ya que nosotros lo hemos recorrido;
·        Aceptar desafíos. Siempre podemos hacer mas de lo que hasta acá hicimos;
·        Agradecer a los que confían en nosotros, a los que nos corrigen porque se interesan en nosotros y a los que empezaron antes para enseñarnos a realizar nuestra tarea de la mejor forma posible.
·        Y por ultimo, si me permiten a mi viejo que me enseñó a mi todo lo que sé y aprendí en estos años.
Si no sos pintor te propongo adoptar esto de igual manera en lo que hagas a diario; todo saldrá mejor en menos tiempo y con menos esfuerzo. Espero que si te sirvió me contestes.